viernes, 11 de diciembre de 2009

Matías

Matías camina con su ingenuo gesto de yotodolocompro; enaltecido, entusiasmado y envalentonado por el fajo de billetes que embultece su bolsillo.  Llega a las puertas de la cantina, la que está en Moneda, ¿cómo se llama? Se detiene y mira nervioso los botines azul turquesa de su cita.  Pantalón punk de mezclilla (mala elección, piensa) y halter salpicado de lunares blancos, de diminutas lunas. Entran al lugar empujando como siameses las puertas que con su vaivén les dan la obligada bienvenida.  Una ronda de cerveza clara; una de cubitas, porque están baratas; una de tequila, otra más de lo mismo, otra y otra hasta perder la cuenta.  Sonrisas, carcajadas, abrazos, susurros. Nunca cambian los temas, ni los chistes, ni nada.  Todos los clientes son iguales, la única diferencia es la fuerza con que aprietan su cintura. Los que entierran los dedos y niegan una mínima separación de cuerpos son peligrosos.  A ellos hay que emborracharlos antes de que den las siete, para llegar a tiempo con el novio, no por otra cosa. Con ellos se entablan amistades eternas de tres horas, les abre el corazón con historias inventadas, los mira con ojos sensatos y les sonríe sin lascivia, más bien con confianza.  Pobres de ellos que tantas ganas traían de cogérsela y terminaron encontrando a su mejor amiga (a la que nunca más podrán encontrar aunque algún día se la topen en la calle). Matías es buen cliente, su mal pulso la conmueve enteramente; le pone la piel de gallina.  Imagina que sus labios hinchados y húmedos le dicen tonterías que la sonrojan pudorosamente. Quiere morderlos y reventarlos.  Pide la cuenta, ya es hora.

2 comentarios:

Profe GomezLoza dijo...

Si no mal recuerdo, Matías es el apostol número doce y sustituyó a Judas después de la famosa traición de las monedas. Matías es un apostol sin relevancia. Quizá por eso la protagonista sonríe nerviosa, quizá por eso sonríe tontamente.

Pd. Muy buena la minificción y sigo destacando el título de la misma.
Pd 2. Ponles una caja de toques y mándalos al Hotel Moneda,a ver qué sucede.

Beso

Samuel Velázquez dijo...

No es mala la idea de Profe, de mandar esto a Moneda.. Yo apoyo la noción.

Juli, sigue escribiendo porfa.