viernes, 29 de enero de 2010

NY, i love you

 Dul pensó que sería terriblemente cursi; yo pensé que serían historias ensoñadoras... quizá la sobreestime. No me disgustó, sobre todo porque estuve esperando verla mucho tiempo y más porque no pude ver Paris, je t'aime. Sinceramente, tenía mucho significado asistir al cine y empaparme de Nueva York a través de esa pantalla grande, pero de otro modo; caminar al lado de los personajes, entrar en las historias al puro estilo de Cecilia. Confieso que quisiera ir por allá, ahora no pensando en cómo ser Violetta, ni tampoco imitando a Annie Hall, solamente me encantaría pasear y coincidir conmigo misma. Encontrarme como una chica simpática y curiosa, tal vez tímida y desesperada, seguro aquella ciudad me haría trizas con tal actitud (ja!)... By the way, Dul y yo carcajeamos con la idea de hacer DF, te amo, que incluiría tal vez la historia de un taxista que es seducido por su pasajera, claro, Arjona haría el soundtrack de este corto, ¿si no quién? jajajaja.

jueves, 28 de enero de 2010

Diario perdido

No sé cómo le hacen para no involucrar sentimientos. Nunca he podido. Es mentira si digo que una vez lo hice.  Claramente dije: Siempre presto fácil. Y lo presto todo. Siempre me entrego toda aunque no conozca ni la más mínima pizca de lo que en realidad seas. Tan me entrego que sería capaz de hacer tanto como lo hago para los que me aman, para los que me significan correspondidamente.  Siendo sincera, la mayoría de las veces que lo hago bajo circunstancias adversas, el resultado es igualmente adverso, o adversamente decepcionante.  Me obsesiono. Antes pensaba que mi obsesión giraba en torno a las cualidades no resueltas, mejor dicho, no descubiertas de ese otro a quien había mirado y deseado. Es decir, me quedaba con la idea de que algo pendiente, algo inconcluso quedaría por simple miedo… Después, pensé que tal vez los errores estarían en mi proceder, en mi aspecto, en mis palabras, en mi ideología… en lo que fuera, pero seguro mío, y que justo ese algo desconocido alejaba con temor asfixiante a los que antes pretendieron y con éxito.  Algunas otras veces pensé que el otro había jugado limpio, que quien no entendía la situación, a pesar de su transparencia, era yo: una relación de nada más… y más claro, todo escudado en una sincera amistad, de esas que se dan de corazón; una amistad que no permite nunca invitaciones, que no incluye el compartir pedazos de vida si no es detrás de una computadora o un auricular, o una salida ocasional, escondida, breve, tímida, aburrida, sosa; una amistad separada de las vidas reales. Una amistad que permite declaraciones como: “No es que no quiera, es que tengo cosas que hacer, ya sabes, la familia, la novia, los amigos…” Perdón, pero no entiendo esas amistades.   En este mismo instante, se me ocurre que tal vez la jodida situación se parece tanto a un gargajo (mal-parafraseando a Hugo Hiriart): Una relación, no ni a eso llega; un encuentro insignificante, olvidable, nimio, reducido al morbo, a la vulgaridad: un encuentro mediocre. ¿Y a todo esto, cuál es el parecido con el mentado gargajo? Pues bien, así como esa materia gelatinosa que no es ni sólida ni líquida sino todo lo contrario (vaya, yo con mis malos chistes en medio de mi seriedad), que está pegado en la pared y está en la imposibilidad de subir y en la indecisión de bajar, así mismo son esos encuentros porque nunca se llega a nada. No satisfacen porque pendejamente se cree que no pasó a mayores y que la vida sólo es una y que esos momentos no hay que desperdiciarlos… pues yo, señores, desperdicié preciadas horas de mi vida en desconocer a algunos a quienes yo, porque justo ahora se me está ocurriendo, no les importo en lo absoluto, o les importo para fines que recuso. Y al mismo tiempo, tal vez, (ahora pienso soberbiamente) lo significo todo.  Las más de las veces, he pensado que mi problema es ver una gran complicación en donde no la hay; llego a esta conclusión después de un silencio, porque presiento que la contraparte se encuentra, tal vez, cómodamente sentado frente algo que desconozco y que antes me interesaba y ahora ya no; y esa misma contraparte, recuerda indiferente o con cariño o con remordimiento o con desprecio o con quién sabe, algo de mí, pero seguro nada trascendente; o quizá piense que ya no tiene caso recordarlo, que hubiera sido mejor si…  pero termino descartando esta posibilidad porque a final de cuentas no consigo despegarme el tema de mi cabeza, y obvio, de tanto pensarlo, se convierte en un estorbo y es bien sabido que los estorbos son graves problemas… Podría decir más, porque seguro que durante el día recuerdo minuciosamente un encuentro, pero con desencanto, con ganas de haber sabido que ese otro con quien un día o dos o más ni siquiera iba a decirme que ya no más… La verdad es que prefiero callar ahora, antes de pensar que esto se irá a la papelera, justo como todo lo que entre tú y yo pudo haber sucedido y me refiero más a una gran amistad que otra cosa, porque si de algo estoy segura es que soy la mujer más amiga de todas las que nunca antes hayas conocido y que ni siquiera te molestaste en descubrir. (Y me enorgullezco de decirlo con soberbia)… La verdad, la verdad, es que lo que dije líneas arriba también pude no decirlo, porque es pura pendejada, pero que no me quería quedar sin manifestarlo, por lo menos, para compartir mi sentimiento de mediocridad con el desconocido con quien  comencé a sentirme así.

martes, 26 de enero de 2010

DF Aclamador

1. Sí, esta ciudad es traficosa, pero adoro pasar de ida y vuelta por el embotellamiento, más si un par de lentes oscuros, un cigarro y Dul me acompañan.
2. Sí, esta ciudad es apestosa, más cuando amanece y huele a flatulencia matutina, aun cuando salimos perjumados y bien olientes.
3. Sí, esta ciudad está sobrepoblada, pero nadie negará que el sur es hermoso, sobre todo cuando uno se topa con las barrancas almidonadas y muy bien maquilladas con muñecas feas.
4. Sí, esta ciudad es obesa y qué importa si puedes comer tacos casi en cualquier esquina, de casi cualquier cosa, con salsas picantes y hasta chapulines.
5. Sí, esta ciudad te queda lejos, muy lejos y a pesar de eso te aclama a cada rato.
6. Sí, esta ciudad también es mía y es invivible, pero insustituible.

domingo, 17 de enero de 2010

Duda

El buen humor regresa (i hope). El "Diclo" anda por ái, pronto escribiremos unos tips. Mientras, yo pregunto:
¿Y después qué prosigue?
Gracias a Hubi, a Dul, a Allyn y a los que están; siempre están porque son imprescindibles.

viernes, 15 de enero de 2010

Los otros Jota Ge

Al ritmo del Trio Macotó me puse a recordar... De pequeña salía mucho con Xavi, él era universitario en aquel entonces y me mostraba parte de su mundo. Platicaba conmigo de las copias de sus clases, me esbozaba principios políticos, me pasaba los artículos del periódico que debía leer, íbamos a la Cineteca a ver cualquier película y reirnos de la gente que quería ser otra cosa o de aquellos que nos imaginaban como novios disparejos. Yo era muy pequeña, doce si acaso. Siempre me enseñó a ser delicada y gentil, a caminar del lado de la pared, a dar mi mochila a cargar. Yo lo aprendía más por complacerlo, porque en aquellos tiempos dudaba de tales protocolos. Lo veía enorme, correcto, aceptable, sociable, interesante y quería acercarme a eso algún día. En casa, pasaba horas sentado en el escalón del estudio, a oscuras, hablando con la novia en turno. Reía, discutía, lloraba. Y años más tarde, lo imité. Muchas veces salía de mi cuarto y bailábamos para ensayar los pasos de salsa de algún programa de televisión. Él me contagió el gusto por bailar hasta cansarme, a soltarme con las vueltas, a experimentar. Con un pésimo libro me acercó a las letras; supongo que quería hacer de mí una chica distinta. No sé si ahora piense que lo logró. Después, por quién sabe qué motivo, nuestra convivencia se fue haciendo espaciada. De pronto se fue lejos, andaba de allá para acá con C, con P, con A. Me disgustaba su libertad para faltar a su dormitorio, pero más tarde, también lo imité.
                 Hugo me recogía a la salida de la secu. Junto con sus amigos, caminaba desde Prepa 6 hasta mi escuela y yo les hacía caras de disgusto, me caían mal. Años después, tuve que pedir disculpas para solicitarlos con los ojos gachos y las mejillas encendidas. Con él, asistí a mis primeras fiestas. Sus amigos (sí, los que antes me disgustaban tanto) llegaban al departamento de abajo a beber cerveza, bailar, reir y tocar la guitarra. Los dos hacíamos dueto en muchas canciones. Se disgustó conmigo en repetidas ocasiones por ennoviarme con algunos de ellos, pero aprendí montón de cosas. Yo era la más pequeña y me dedicaba a observar y carcajearme. Me inculcó (sin proponérselo) el gusto por las desveladas (a ser de carrera larga), el tabaco, las cubas cargadas y chiquiteadas, el sarcasmo, las rancheras de José Alfredo y yo lo aprendí muy bien.  Trabajamos juntos en el local de la Ruíz; abríamos tarde los sábados y los domingos y vendíamos carnitas. A veces, las menos, llegábamos de madrugada a casa y partíamos hacia la Merced a comprar las viandas dominicales. Mucho tiempo estuve peleada con él, pero en mi veintitrés aniversario recuperamos nuestra enorme amistad fraternal, empujados por la alegría de incontables mojitos y Cohibas. Tiempo después, pasábamos las mañanas enteras sentados alrededor de la mesa, acompañados por Mima, platicando, chismeando, resolviendo, compartiéndonos una vez más. Él fue el primero en enterarse de mi tristeza y mi nostalgia y no hizo más que escucharme y mirarme, justo lo que necesitaba.
Xavi me insistó en que la vida tiene muchas posibilidades y Hugo, en que esas posibilidades siempre pueden tener buen humor.
Ellos son los otros Jota Ge. 

miércoles, 13 de enero de 2010

Plagiando (sobre el amor)

El mundo se divide en dos: los que aman y los que no son amados. Bajo esta premisa se puede plantear una subclasificación infinita de las situaciones humanas.
Quien ama es inmune a las crisis sociales, económicas y morales. Nada ni nadie puede quebrar su alegría. Mejorará su desempeño laboral como nunca. Motivará su imaginación y por ende, se enamorará de muchas cosas: del amanecer, de una canción, de una calle, de su trabajo, de un libro, de un aroma, de un punto geográfico.
El que ama es invulnerable, como si de la noche a la mañana fuese sumergido en el río Estigia. Pero tendrá un punto débil, su talón de Aquiles, que es nada más y nada menos que el receptario de todo su amor.
Sin embargo, cuando el enamorado pasa a engrosar las filas de enfrente, o sea, las del desamor, sufre una extraña transformación: la invulnerabilidad desaparecerá del cuerpo para concentrarse sólo en el talón. La humanidad del otrora enamorado, quedará a merced del amanecer, de una canción, de una calle, de su trabajo, de un libro, de un aroma de un punto geográfico. Todo lo dañará. Todo lo hará llorar. Su punto fuerte, ahora circunscrito en una pequeña zona del talón, esperará inútilmente el regreso del receptario de todo su amor.
Olvida que el amor no es un perro fiel que responde a un llamado. El amor es un autobús cuya máquina no tiene reversa. Si te bajas de él, nunca podrás alcanzarlo. No importa que sólo hayas descendido a orinar, a besar otra mujer o únicamente a estirar las piernas.
Texto de Paul Medrano leído en la presentación de Musofobia, en Acapulco, sábado 3 de mayo de 2008

[By the way... yo quiero estar en el primer bando... ¿o ya estoy? Perhaps, perhaps, perhaps, jajaja]

martes, 5 de enero de 2010

Mai dir Reyes Vagos

Qué onda mis estimeitors, pus ya saben pa' qué chiflaos les escribo, mis reyes (papacitoooos!!), el méndigo papá Noel (q tacho pq lo llamé de otra forma, pero mejor no lo pongo pq luego me dicen "desesperadita", jejeje) se pasó de culei (bueno, tampoco, sólo es un decir, pues) y pos a pesar de mi carta hermosa y simpaticosa, pos nomás no me hizo caso, así q ái les va mi lista recargada a ver si 'ora sí se me hace... Advierto, ando cursi, eh?:

Malhechor: Todos los años te pido bobadas y éste no será la excepción, además con el extra de q ésta es una carta melosamente guarra (?), pus tú verás... esta vez sólo te pediré una cosa, así chiquita, mi rey: Haz-me ma-laaa!! (no te rías, chingao!), es q mira, la vdd tengo q aprender a decir no, a hacerme la interesante, a no explayarme (mejor dicho), porque pus quiero (de querer quiero, eso q ni q), lo q no quiero es meterme en líos, pues. El caso es q cómo le hace una con un papito así, eh? A ver dime.

Raspar: (Continuando con el tono y el ritmazo de esta epístola)... Pues mira, reyecito pechocho, yo no sé como chintetes le vas a hacer, ok? Pero yo quiero (y pronto) mi ventana por donde entre la luz del alba y me sorprenda con... ya sabes... estee... (ves? lo ranchera aflora)... pero eso q tmb le pedí al gordinflón (q en aquella foto pos no estaba ni panzón, ni barbudo, ni cegatón, ni blanquito, sino todo lo contrario). Bueno, el chiste es ése, me explico?

Basaltar: Híjole su majestá, su nombre queda perfeito pa' mi deseo. Pei atenshon plis: Quiero una tarde que se convierta en long nuit. Que haya muchas canciones largas pa' bailar, hartísima charla, cantidá de carcajadas ensordecedoras (de esas con las q t voltean a ver) y obvio, si se puede, pero más si se quiere, que haya lo q le sigue hasta el amanecer (yo quiero un amigo nuevo y sonriente y despreocupado por lo que pueda pasar... prometo no ser impaciente).

Ái tá! Ustedes siempre pueden!! LQ1Ch. Valen 1000. Nunca cambien. XOXO.

Jota Ge (tssss)

lunes, 4 de enero de 2010

'Ora sí...

Nunca he creído en los propósitos de año nuevo, sobre todo porque no se me ocurren cosas justo al inicio del ciclo, más bien voy inventando conforme pasan los días, pero ahora con tanto tiempo libre, pues como que se me antojó...

1. Menos chompu.
2. Orden (mi habitación lo exige a gritos desde hace como 3 años [¡!]).
3. Un curso útil (en términos de sensibilidad, ¿me explico? Tanto amor no debe desperdiciarse [ja!]).
4. Música diaria (y cómo no, después del regalazo de Hubi).
5. Páginas (pa' leer y pa' escribir, aunque sean guarradas).
6. Cine (del bueno, del malo y del feo, cómo no!).
7. Bien comer (que bastante extraño, caray, sobre todo la buena compañía).
8. Bien lucir (aunque siempre es mi propósito).
9. Bien dormir (pero por favor! Las desveladas no hacen nada bien y menos si es para sonambulear nomás).
10. Paseos (muchos, hartos, mil!! Importando con cuánto y sin importar con quién o a dónde [sugerencias?]).
11. Playa (ésta sí que no se me escapa, bueno el año pasado Acapulco con su rata flotando fue suficiente, jajajaja).
12. Socialité (basta del ermitañismo [no existe eso y suena mal, pero se entiende, no?]).
13. Carcajadas (infinidad, cero chipileses y nostalgias mala onda, pura alegría y buena vibra, pues).
14. Título. (Título, título, título, título, título, título, título, título, título, título, título, título, título, ad infinitum).

Seguramente, habrá más números para enlistar, pero esos ya son más que suficientes. Sé que parecen fáciles (y lo son, la vida es muy simple), pero el pasado 09 me los hizo muy complicados... Rebienvenidos todos a mi Veinte Diez (Profe Gómez Loza dixit) los que reconocí y conocí en el inmediato anterior. 'Ora sí, a comenzar que esto se va a poner de veinte, más que de diez!! Abur!!