viernes, 15 de enero de 2010

Los otros Jota Ge

Al ritmo del Trio Macotó me puse a recordar... De pequeña salía mucho con Xavi, él era universitario en aquel entonces y me mostraba parte de su mundo. Platicaba conmigo de las copias de sus clases, me esbozaba principios políticos, me pasaba los artículos del periódico que debía leer, íbamos a la Cineteca a ver cualquier película y reirnos de la gente que quería ser otra cosa o de aquellos que nos imaginaban como novios disparejos. Yo era muy pequeña, doce si acaso. Siempre me enseñó a ser delicada y gentil, a caminar del lado de la pared, a dar mi mochila a cargar. Yo lo aprendía más por complacerlo, porque en aquellos tiempos dudaba de tales protocolos. Lo veía enorme, correcto, aceptable, sociable, interesante y quería acercarme a eso algún día. En casa, pasaba horas sentado en el escalón del estudio, a oscuras, hablando con la novia en turno. Reía, discutía, lloraba. Y años más tarde, lo imité. Muchas veces salía de mi cuarto y bailábamos para ensayar los pasos de salsa de algún programa de televisión. Él me contagió el gusto por bailar hasta cansarme, a soltarme con las vueltas, a experimentar. Con un pésimo libro me acercó a las letras; supongo que quería hacer de mí una chica distinta. No sé si ahora piense que lo logró. Después, por quién sabe qué motivo, nuestra convivencia se fue haciendo espaciada. De pronto se fue lejos, andaba de allá para acá con C, con P, con A. Me disgustaba su libertad para faltar a su dormitorio, pero más tarde, también lo imité.
                 Hugo me recogía a la salida de la secu. Junto con sus amigos, caminaba desde Prepa 6 hasta mi escuela y yo les hacía caras de disgusto, me caían mal. Años después, tuve que pedir disculpas para solicitarlos con los ojos gachos y las mejillas encendidas. Con él, asistí a mis primeras fiestas. Sus amigos (sí, los que antes me disgustaban tanto) llegaban al departamento de abajo a beber cerveza, bailar, reir y tocar la guitarra. Los dos hacíamos dueto en muchas canciones. Se disgustó conmigo en repetidas ocasiones por ennoviarme con algunos de ellos, pero aprendí montón de cosas. Yo era la más pequeña y me dedicaba a observar y carcajearme. Me inculcó (sin proponérselo) el gusto por las desveladas (a ser de carrera larga), el tabaco, las cubas cargadas y chiquiteadas, el sarcasmo, las rancheras de José Alfredo y yo lo aprendí muy bien.  Trabajamos juntos en el local de la Ruíz; abríamos tarde los sábados y los domingos y vendíamos carnitas. A veces, las menos, llegábamos de madrugada a casa y partíamos hacia la Merced a comprar las viandas dominicales. Mucho tiempo estuve peleada con él, pero en mi veintitrés aniversario recuperamos nuestra enorme amistad fraternal, empujados por la alegría de incontables mojitos y Cohibas. Tiempo después, pasábamos las mañanas enteras sentados alrededor de la mesa, acompañados por Mima, platicando, chismeando, resolviendo, compartiéndonos una vez más. Él fue el primero en enterarse de mi tristeza y mi nostalgia y no hizo más que escucharme y mirarme, justo lo que necesitaba.
Xavi me insistó en que la vida tiene muchas posibilidades y Hugo, en que esas posibilidades siempre pueden tener buen humor.
Ellos son los otros Jota Ge. 

7 comentarios:

Samuel Velázquez dijo...

Recordar es vivir. Me hiciste volver el tiempo atras en mi historia de vida.. Como no poder regresar no?

Profe GomezLoza dijo...

Quien conozca a los Jota Ge no puede negar el texto. Por ello y con toda la presunción del mundo, suscribo el impecable escrito que acaba de publicar: la sintaxis del recuerdo siempre araña el corazón.
Saludo desde las almidonadas.

eV-oL dijo...

Muy lindo y conmovedor, y eso que no tengo hermanos. Se ve padre tu familia Jota Ge. Un abrazo.

Anónimo dijo...

ES UN HECHO....

Almohada Carnívora dijo...

Jijos, aunque sólo tengo el susto de conocer a Hugo, me siento taaan identificado con ambos... eso de ser el hermano mayor es una cosa bárbara. A veces, sin quererlo, dejas huellas imborrables en los que atrás vienen... buh, voy a chillar, jejeje...

Jota Ge dijo...

Son un lujo sus comentarios y un honor que me permitan compartirme con ustedes de esta forma. Saludos y abrazos a cada uno, por supuesto.

El Gran Hutch dijo...

Yo tuve el gusto de conocer velozmente a ambos y no puedo dudar de su grandeza, no sólo la vibra que transmiten, sino el resultado maravilloso que han generado en ti...creo que ya los quiero...jijijiji