jueves, 30 de septiembre de 2010

Estúpidas llamadas telefónicas

A últimas fechas limito mis llamadas telefónicas. No contesto cuando veo números desconocidos (ni contestaré nunca más), ni tardo mucho al teléfono a menos que sea para el sagrado chisme con Dul o Allyn. Me caga (porque no hay otra palabra) cuando se trata de la famosa "Llamada llamando" por saber de sobra que habla el muerto; en cambio, adoro cuando Los Amigos Invisibles comienzan la canción cuijosa. Justamente hoy fue un mal día para el "necesario" celular. Pidieron tarjetas telefónicas a cambio de mi seguridad. De haber sabido mi pobre madre que estaba en buenas manos (desesperada, pero definitivamente en buenas manos) no habría llorado tanto. Y yo me pregunto por qué carajos la gente malusa el teléfono (obvio no me doy baños de pureza). Esta es la peor experiencia que viví habiendo sido sólo el objeto de preocupación. Prometo, de ahora en adelante, dar cuenta de mi ubicación, no llamar para discutir y contestar cada llamada perdida, porque está de la jodida recibir la llamada angustiosa de mamá, preguntando "¿cómo estás?", para después escuchar su lamento por haber pensado que aún me mantenían encerrada en una camioneta a cambio de méndigos quinientos pesos en tarjetas para celular. Que chinguen a su reputísima madre todos aquellos que juegan con la pesadumbre de la gente, por pensar que uno de los suyos está en peligro.

3 comentarios:

El Gran Hutch dijo...

En efecto...y que la chinguen en un bote, para que escuchen el eco..de sobra sabemos lo castroso de la llamada llamando y lo maravilloso del cuija-rington...pero al final, las mejores cosas no necesitan como intermedio un celular...aunque, lo confieso, es un mal necesario...menos mal que este jueves está por terminar y que mañana sin duda será un mejor día...

Jota Ge dijo...

Oye, btw...

El Gran Hutch dijo...

moi aussi...anch'io...yo tambor en palabras pobres =P